sábado, 24 de julio de 2010

EL CASAMIENTO EN LOS VALLES Y CANTONES

El noviazgo

Antes, el tiempo que podía durar un noviazgo era variado, pero oscilaba entre un año y los tres. Para las jóvenes especialmente las mujeres, era preocupación cuando los años avanzaban y no tenían pretendientes. Todos empezaban a ver mal y decirle: “fulanita ya te quedaste para vestir santos”. La joven en una forma defensiva, y si sabía que su anterior pretendiente le gustaba tomar licor, inmediatamente le respondía: “prefiero vestir santos y no borrachos”.

Era tradición en los cantones y valles que todos los que se iban a casar, lo hacían en la alcaldía del pueblo de su jurisdicción. Este era motivo de gran fiesta para todo el valle o cantón, por el hecho que todas las personas son en su mayoría familiares o personas muy conocidas y amigos entre ellos.

A partir que una pareja establecía el noviazgo, todos quedaban pendientes de la fecha del casamiento. Siempre los noviazgos tenían que ser avalados por los padres. En la mayoría de los casos el novio era escogido por los padres, o eran acuerdos entre los padres de ambos jóvenes. De allí que sucedieran casos, que la joven estando de novia de un joven, días antes de la boda se escapara con otro. Se daban casos extremos que de la puerta de la iglesia la novia se escapaba con otro, (con su verdadero amor).

En muchos casos la boda era celebrada el mismo día o con un día de diferencia, esto debido a la distancia de los caseríos y la dificultad para trasladarse a la ceremonia. Normalmente el día sábado se realizaba el casamiento civil y el domingo se hacía el eclesiástico. Por lo general, los gastos de la boda civil correspondía a la familia de la novia, y los gastos del matrimonio eclesiástico que eran mayores por supuesto, le correspondían a la familia del novio. También se acostumbraba que el matrimonio civil se hacía o se celebraba en casa de la novia y el religioso se celebraba en casa del novio.

Cuando venían a casarse, lo hacía acaballo, la gente podía medir el abolengo de los novios por la cantidad de personas participando del “acompañamiento”. Al llegar al pueblo, había que buscar un lugar adecuado para dejar las bestias durante la ceremonia. Unos las dejaban donde algún familiar que viviera en el pueblo, otros donde algún amigo, los demás simplemente esperaban en la plaza junto a sus bestias que terminara la ceremonia y luego regresaban a casa para la fiesta.


Las bombas
Una de las formas de enamorar era que los muchachos se inventaban “bombas”, y cuando la joven pasaba cerca de ellos, se las decían. En algunos casos que la joven era lista ella podía responderla. Otra costumbre era entregar flores, para ello cortaban cualquier tipo de flor, podía ser de jardín o silvestre, y junto con un mensaje romántico se entregaba o se enviaba con una tercera persona. Lamentablemente, esta magia se rompía cuando las relaciones se formalizaban o se oficializaban.

La ceremonia civil
Siempre se realizaba en la alcaldía, el alcalde era avisado de la fecha y la hora que se quería el casamiento. Empezaban los preparativos. La fiesta del casamiento civil era realizado por la familia de la novia en su casa de habitación o en otro lugar seleccionado por la familia. Desde luego también, los gastos de dicha celebración corrían por cuenta de la familia de la novia. El resto de los gastos los hacía el novio y su familia.
1. Trámite del casamiento en la alcaldía
2. Compra del ajuar de boda
3. La comida del casamiento religioso
4. La música

Cuando el casamiento era de una pareja que vivía en cantón, los novios bajaban como a eso de las 9 de la mañana, para que la ceremonia se realizara entre las 10:00 y 11:00 horas, calculando el tiempo suficiente, de manera que la hora del regreso coincidiera con el medio día, para llegar justo a tiempo para el almuerzo. Todos los participantes en el acompañamiento estaban invitados al almuerzo.

Esta era una gran celebración pues en un cantón todos o son familiares o son conocidos, así que en una boda todos participan. Una mayoría, o los más jóvenes se iban al pueblo con el acompañamiento a los novios. Este se hacía acaballo. Cada quien se preocupaba de tener un caballo para acompañar el cortejo de los novios. En el caso que no lo tuviera, lo conseguía prestado, o sencillamente no podía participar. Eran grandes galopes de bestias. Siempre los novios eran los que encabezaban el acompañamiento.

La vestimenta
La novia: casi siempre lucía un vestido de color rosado suave, esto con la finalidad que se distinguiera y la gente pudiera reconocerla entre el grupo. En otros casos usaba otro color pero siempre en tonalidades suaves. Además llevaba una sombrilla para protegerse del sol, una pañoleta para proteger su cabello y un suéter delgado.

El novio: por lo general, lucía pantalón negro (en todo caso oscuro) y camisa blanca manga larga de puño. También llevaba un pañuelo al cuello para distinguirse entre los acompañantes y su sombrero. También se buscaba que fueran los novios quienes montaran las mejores bestias del lugar.

Al finalizar la ceremonia los novios se quitaban la vestimenta y la guardaban con sumo cuidado en la maleta preparada especial para ese fin y evitar que ésta se arrugara, se ponían la ropa de viaje y regresaban a casa. Luego, al llegar donde sería la fiesta, nuevamente se ponían la ropa usada en la ceremonia para celebrar con sus invitados.

La ceremonia religiosa
Cuando se hacía la ceremonia religiosa, la pareja llegaba al pueblo desde la tarde anterior. Por la noche iban a hablar con el cura para hacer lo que en ese tiempo se denominaban “las informaciones” y por la mañana, muy temprano, era la misa donde la feliz pareja contraía matrimonio.

Antes, en el lugar: había un caballo, una sombrilla y un suéter de la niña Ceci, por alguna razón que no recuerdo, todas las novias querían llevar esos atuendos para su casamiento. La niña Ceci les decía: “pero el suéter ya no sirve, ya está corto de tanto usarlo y lavarlo”, ellas respondían diciendo: “no importa lo llevo” y bueno… así lo usaban para su casamiento.

Recuerdo que una vez, se casó un señor que se llamaba Félix Flores, (por cierto después fue mi compadre), él vivía en el valle de Los Tablones, y nosotros estábamos repartiendo Cáritas en la casa, eran casi las 11:30, y le digo a mi señora, vamos a ir al casamiento, ella me respondió -si ni nos han invitado--, eso no importa, le dije; nosotros nos vamos. Luego de comernos unas tortillas con un pedazo de queso nos fuimos, al momentito de haber llegado nosotros, llegaron también los novios. A los novios nosotros (él y su esposa) le habíamos prestado el caballo, el sombrero y el sweter, porque se decía que al llevarlos prestados daba buena suerte.

De pronto salió de un cuarto un hombre con el cohete en la mano listo para darle fuego, al verlo le dije, espera no le des fuego todavía, ¿por qué? me dijo, porque los caballos se pueden asustar y botar a las señoras. _No jodas hombre_ en eso no había pensado, luego fui a recibir a la novia, la ayudé a bajar del caballo y le tome las cosas que traía en la mano. Después también ayudé a otra señora, amarre las bestias y le dije al hombre, vaya ahora dale fuego a los cohetes. Así empezó la fiesta y empezaron a repartir la comida. Recuerdo que la señora que estaba haciendo la comida era una mujer que vivía en Las Almohadas y decía: ay no, ay está el hijo de Don Quilo. Ella estaba avergonzada a causa del olvido de la invitación.

La Fiesta
Sirvieron la mesa, en la primera mesada se sientan a comer con los novios, los padres de los novios, los padrinos del casamiento y los familiares y amigos más allegados. En esa ocasión a causa del olvido y no habernos invitado, me llamaron para que fuera a comer con ellos. _ mi señora ni comió_, pero lo que ahora me sorprende cuando recuerdo estas anécdotas, es la humildad de la gente y todo era bien lindo. Esa vez, habían matado unas gallinas y le habían echado bastante agua y un puño de arroz para que alcanzara para toda la gente, por cierto era bastante.

Música
Era de cuerda. Se buscaba a los músicos del cantón o en algunos casos se llevaba algún conjunto musical de otro lugar vecino. Todo mundo participaba de eso, era muy bonito escuchar las canciones. A la gente le gustaba sentirse partícipe aunque al final no le dieran ni comida. Eso era lo bonito de la tradición de los casamientos, especialmente en los caseríos. Todos participaban, a veces llegando solo para escuchar la música.

La comida
Para la comida se acostumbraba hacer un plato tradicional llamado “honeado o lechona” consistía en preparar una buena cantidad de gallinas y/o chumpipes de acuerdo al número de invitados. Si los novios tenía buenas condiciones económicas, mataban un cerdo y con la carne se preparaban las ollas “lechoneras” y las metían al horno a cocinar, el horneado se hacían el día anterior para que estuviera conservado y de mejor sabor, y lo acompañaban con arroz y tortilla, en algunos casos también era acompañado de ensalada consistente en repollo picado, rodajas de tomate y pepino. De postre, no podía faltar el refresco con pan (horchata de morro y marquezote o pan de levadura).


La luna de miel
Para la luna de miel, los novios salían de la casa, o se buscaba un lugar donde la pareja estuviera las primeras horas o días de casados. El lugar era mantenido en secreto, nadie a excepción de los novios y los padres sabían del lugar. Esto se debía en parte al celo machista por la virginidad de la mujer.


Los primeros días de matrimonio
Se acostumbraba que la novia después del matrimonio civil, se quedaba en la casa paterna hasta el casamiento religioso. Al realizar el casamiento religioso, todavía se quedaba ocho días más y hasta después de ese tiempo se iba con el esposo a su propia casa o para la casa de los suegros.

El uso de los cohetes (un caso concreto)
A la salida de los novios de su casa se reventaba un cohete, era el aviso para los que deseaban acompañar, pero que todavía no estaban presentes. También era señal de que el casamiento había dado inicio. El otro cohete se reventaba al llegar a uno de los lugares altos, podía ser la punta de un cerro, y el otro lo reventaban en el patio de la alcaldía después de la ceremonia realizada por el Alcalde Municipal. Lo mismo se hacía en el regreso, para avisar a los que estaba preparando la comida, de manera que todo estuviera listo a la llegada.

Una vez, había un casamiento “sonado” en el caserío, estaban dos caseríos cercanos, uno frente a otro. Los Horcones a un lado y de frente tenía el caserío de Las Lagunetas. Para llegar a las lagunetas, primero había que bajar de Los Horcones y luego subir a Las Lagunetas. Lo mismo era al salir de Las Lagunetas para llegar a los Horcones. En esa ocasión se realizó el casamiento, llegó la hora de la salida de los novios. Inmediatamente el encargado de reventar los cohetes le dio fuego al primero y lo reventó; igual hizo con el segundo. Luego al bajar a medio cerro reventaron otros dos. Mientras tanto, en Los Horcones al escuchar la señal, dijeron – Oigan ay viene la novia- hay que contestarle, entonces ellos también reventaron otros dos cohetes. Esta era la señal y la forma de decirles que estaban contentos y alegres a la espera de su llegada.

A falta de teléfono y otros medios de comunicación, los cohetes desempeñaron la función de comunicación.



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