viernes, 30 de julio de 2010

PERKIN: HISTORIA DE UN PASADO QUE NO SE DEBE OLVIDAR


Fecha: 8 y 9 de julio de 2010
Hora: salida 6.a.m.
Lugar: un grupo, Col. Los Héroes; grupo 2, Col. San Antonio, Apopa.
Objetivo: Visitar la ciudad de Penkín y la gruta del Espíritu Santo en el departamento de Morazán.
Participantes: Jeniffer, Vanessa, Erick, Héctor Antonio, Cristina, Álvaro Herrera y Blanca Irma Rodríguez.
Duración: 2 días.

1.PERKIN.
Nuestra visita a la ciudad de Perkin inició en San Salvador, el 8 de julio a las 6 de la mañana cuando un grupo integrado por la familia Rodríguez-Guerra salieron de casa del Ing. Carlos Pérez, con destino a Morazán. Tomaron el Boulevard de Los Héroes y la 29 calle hasta llegar a la Colonia Atlacatl e ingresar a la troncal del Norte. A la altura del Km 11, estaba esperando el segundo grupo, la familia Rodríguez-Herrera, para hacer juntos este hermoso viaje que les llevaría al corazón del departamento de Morazán y al centro donde se realizó uno de los más atroces y crueles eventos durante la guerra de la década de los años 80.

En el Km 11, se incorpora a la carretera llamada de “oro”, llegando a Soyapango, pasando por Ilopango, San Martín, luego Cojutepeque. Al poco pasar Cojutepeque llegamos a San Rafael Cedros, lugar donde pasamos a tomar un regio desayuno. Nos detuvimos en un pintoresco comedor donde pudimos saborear deliciosos platillos típicos y comida casera.

Luego de satisfacer las necesidades biológicas. Emprendimos de nuevo el viaje, en total 7 personas, tres adultas, 3 jóvenes y 2 adolescentes. Por el camino se iba conversando y contemplando la naturaleza, especialmente en este mes de Julio donde la abundancia de lluvia por el invierno ofrece un hermoso paisaje verde. Contemplamos los cerros, los valles y especialmente el imponente paisaje que ofrece la elegancia de nuestros múltiples volcanes que se encuentran a lo largo de la Cordillera Central.

Se ve el volcán de San Salvador con sus dos conos, (El boquerón y el de Quezaltepeque); luego el volcán de San Vicente también con sus dos conos, Conocido como (Chinchontepec); el volcán de San Miguel o Chaparrastique. Además se aprecian las corrientes de los ríos que corren hacia el Pacífico.

A eso de las 11 de la mañana llegamos a la ciudad de San Miguel. Allí nos detuvimos para hacer unas comprar en una farmacia y luego de ubicar la salida para San Francisco Gotera, continuamos el recorrido por la “Ruta de la Paz”. Por el camino íbamos conversando y recordando historias de la niñez y juventud, cuando Héctor vivía en El Salvador. Entre conversaciones y risas, no nos percatamos que llegamos al desvío donde teníamos que cruzar para San Francisco Gotera, y nos fuimos de paso, así aprovechamos y nos fuimos hasta Santa Rosa de Lima. 


Regresamos, y esta vez sí estuvimos atentos a las indicaciones señalizadas en la carretera donde indica el cruce para San Francisco Gotera. Llegamos a Gotera y nos fuimos pasando de largo sin detenernos en la ciudad ya que el tiempo avanzaba y no queríamos llegar muy tarde a nuestro destino. Nos guiamos por las indicaciones de salida para Perkín y continuamos el viaje. El paisaje era espectacular, contemplar lo verde la cordillera de Nahuaterique, es algo hermoso. Continuamos subiendo sobre la cordillera, por la carretera se encontraban pequeños poblados a la orilla, se ven varias escuelas primarias, donde los niños con mucha tranquilidad se ve que asisten a sus clases. Desde las altas montañas de Perkín se divisan las montañas de Honduras y los ex bolsones salvadoreños que ahora le pertenecen al hermano país de Honduras.

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Llegamos a Penkín. El primer lugar que visitamos era el Hotel Perkín Lenca, ubicado un poco antes de la ciudad, allí tomamos un delicioso almuerzo como a las 3 de la tarde, como la sed era mucha, pedimos horchata de morro hecha en casa, estaba deliciosa, así como los platos fuertes que ordenamos. Lamentablemente para nosotros el hotel estaba lleno, por lo que no pudimos alojarnos en este precioso lugar, el dueño, el Sr. Ron Brenneman, nos recomendó otro llamado “El Jocotal” ubicado como a un kilómetro antes de llegar al Perkín Lenca.

Antes de regresar a buscar el Hotel, fuimos a recorrer la ciudad de Perkín, en ella visitamos lo que más nos interesaba; el Museo de Guerra. Perkín está ubicada a 200 kms de San Salvador, a unos 1250 msnm. Es una ciudad que a pesar que fue muy castigada por la guerra, sus pobladores han luchado por sobrevivir y hacer de Perkín un lugar precioso y ahora testigo de lo cruel y devastador que fue la guerra.

En ella se encuentra el Museo de Guerra, en el que encontramos fotografías, afiches, armas utilizadas en combate por parte ambos ejércitos, uniformes utilizados en combate, Cañón de 90 mm incautados al ejército y hasta los transmisores de la radio Venceremos. En uno de sus patios se encuentra la carcaza de una bomba de 500 libras, y se puede ver el enorme hoyo que hizo al ser lanzada desde el avión, también puede verse una bomba que no estalló y que la guerrilla cortó por la mitad para aprovechar su contenido. Al otro lado se encuentran los restos del elicóptero derribado en el que murió Domingo Monterrosa, principal autor intelectual de la masacre de El Mozote. En esta masacre murieron aproximadamente unas 2000 personas en una sola noche, incluyendo niños y niñas de todas las edades.

El museo también cuenta con dos vehículos, un carro Ford blindado que el gobierno de España donó al FMLN para que la comisión encargada de las negociaciones de diálogo se movilizaran en la ciudad de México, DF. Por falta de tiempo no visitamos el Cerro Perkin, donde se pueden apreciar las trincheras de combate, desde donde de posicionaban en combate uno contra el otro.

De aquí nos regresamos a buscar el hotel El Jocotal, luego de ubicarnos e instalarnos, regresamos el tramo de la carretera hasta el desvío de Arambala, que nos conduciría al Río Sapo y al lugar donde se perpetró la masacre de El Mozote. En El Mozote Estuvimos en la Plaza en honor a los mártires masacrados, ahora han construido una placita frente a la iglesia, donde fueron asesinados los niños y las niñas.

La Sra. responsable de informar a los visitantes nos contó la historia, Ella es la guía oficial del lugar y quien se ha preocupado por informarse de los hechos ocurridos el día del siniestro.


2. GRUTA DEL ESPIRITU SANTO.

El segundo día, nos levantamos muy temprano a las 6 am. Tomamos un baño con agua fría mientras preparaban el desayuno, el cual incluyó una deliciosa quesadilla cocida en horno de barro. Estaba muy deliciosa. Luego colocamos todo nuestro equipaje en la camioneta y salimos rumbo a Corinto. Este día nuestro objetivo era visitar la Gruta del Espíritu Santo, en Corinto.

Al llegar al sitio nos encontramos que estába cerrado por motivos de trabajos de investigación realizados en el lugar. A pesar de eso, pudimos entrar y hacer el recorrido normal. El centro está muy descuidado,… caminamos por el sendero y llegamos hasta donde inician las rocas. Pudimos apreciar las enormes rocas, de textura blanda y blanquesina las cuales han sido recubiertas por las enormes raíces de los árboles y arbustos que crecer sobre ellas.

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Posteriormente llegamos a la gruta propiamente dicha. LA GRUTA DEL ESPÍRITU SANTO. En ella se encuentra la principal muestra de Arte Rupestre de El Salvador, con una serie de jeroglíficos que según los arqueólogos tienen más de 10 mil años de antigüedad. En el interior de la cueva, pueden apreciarse las pinturas rupestres en bajorrelieves. En esta ocasión, pudimos observar el deterioro del lugar debido a la humedad causada por tanta lluvia. Las pareces estaban llenas de una cobertura de hongos color negro. Las figuras cada vez es más difícil identificarlas debido al deterioro por lo blando de la roca. Pudimos apreciar aunque con dificultades figuras humanas, de animales como el cangrejo, aves, y reptiles. Es impresionante el tamaño de la roca y más cuando se piensa en la posibilidad de que pudo haber sido mayor en la antigüedad debido a las rocas que se pueden ver a los lados de la cueva propiamente dicha. La cueva mide más o menos 39 metros de largo por seis de ancho con una altura de 15 a 17 metros. Las figuras incisas o en bajorrelieves fueron pintadas principalmente de rojo, azul y amarillo. Este sitio arqueológico también se le denomina “La capilla de las Cacaoperas”.



Según los investigadores, esta gruta data del período paleoindios, y es la primera evidencia humana en El Salvador. Posteriormente, desde el período preclásico al preclásico medio (900 – 400 a. de C, fue habitado por las tribus Lencas, hasta el postclásico aproximadamente del 900 al 1540 d.C. Luego de la visita a la Gruta, decidimos subir a la superficie por el sendero de la izquierda. Desde este lugar se puede apreciar todo el contorno de la gruta, el mismo Corinto y los valles y montañas que la rodean. Es una vista panorámica muy especial. A pesar de los inconvenientes encontrados en esta ocasión, creo que vale la pena hacer este tipo de recorrido que no solo nos ayuda en la parte emocional, sino también nos acerca a conocer desde otra perspectiva nuestros antepasados.


Luego de la visita a la Gruta, abordamos el vehículo y tomamos el camino de regreso. En San Miguel nos detuvimos para llenar el tanque de combustible, Jennifer venía tomando fotografías de los volcanes y como a eso de las 2 de la tarde pasamos nuevamente a San Rafael Cedros para almorzar en el restaurante. Finalizado el almuerzo regresamos a casa, esta vez el punto de destino fue Masahuat.



9 de Julio de 2010
Blanca Irma Rodríguez.


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sábado, 24 de julio de 2010

EL CASAMIENTO EN LOS VALLES Y CANTONES

El noviazgo

Antes, el tiempo que podía durar un noviazgo era variado, pero oscilaba entre un año y los tres. Para las jóvenes especialmente las mujeres, era preocupación cuando los años avanzaban y no tenían pretendientes. Todos empezaban a ver mal y decirle: “fulanita ya te quedaste para vestir santos”. La joven en una forma defensiva, y si sabía que su anterior pretendiente le gustaba tomar licor, inmediatamente le respondía: “prefiero vestir santos y no borrachos”.

Era tradición en los cantones y valles que todos los que se iban a casar, lo hacían en la alcaldía del pueblo de su jurisdicción. Este era motivo de gran fiesta para todo el valle o cantón, por el hecho que todas las personas son en su mayoría familiares o personas muy conocidas y amigos entre ellos.

A partir que una pareja establecía el noviazgo, todos quedaban pendientes de la fecha del casamiento. Siempre los noviazgos tenían que ser avalados por los padres. En la mayoría de los casos el novio era escogido por los padres, o eran acuerdos entre los padres de ambos jóvenes. De allí que sucedieran casos, que la joven estando de novia de un joven, días antes de la boda se escapara con otro. Se daban casos extremos que de la puerta de la iglesia la novia se escapaba con otro, (con su verdadero amor).

En muchos casos la boda era celebrada el mismo día o con un día de diferencia, esto debido a la distancia de los caseríos y la dificultad para trasladarse a la ceremonia. Normalmente el día sábado se realizaba el casamiento civil y el domingo se hacía el eclesiástico. Por lo general, los gastos de la boda civil correspondía a la familia de la novia, y los gastos del matrimonio eclesiástico que eran mayores por supuesto, le correspondían a la familia del novio. También se acostumbraba que el matrimonio civil se hacía o se celebraba en casa de la novia y el religioso se celebraba en casa del novio.

Cuando venían a casarse, lo hacía acaballo, la gente podía medir el abolengo de los novios por la cantidad de personas participando del “acompañamiento”. Al llegar al pueblo, había que buscar un lugar adecuado para dejar las bestias durante la ceremonia. Unos las dejaban donde algún familiar que viviera en el pueblo, otros donde algún amigo, los demás simplemente esperaban en la plaza junto a sus bestias que terminara la ceremonia y luego regresaban a casa para la fiesta.


Las bombas
Una de las formas de enamorar era que los muchachos se inventaban “bombas”, y cuando la joven pasaba cerca de ellos, se las decían. En algunos casos que la joven era lista ella podía responderla. Otra costumbre era entregar flores, para ello cortaban cualquier tipo de flor, podía ser de jardín o silvestre, y junto con un mensaje romántico se entregaba o se enviaba con una tercera persona. Lamentablemente, esta magia se rompía cuando las relaciones se formalizaban o se oficializaban.

La ceremonia civil
Siempre se realizaba en la alcaldía, el alcalde era avisado de la fecha y la hora que se quería el casamiento. Empezaban los preparativos. La fiesta del casamiento civil era realizado por la familia de la novia en su casa de habitación o en otro lugar seleccionado por la familia. Desde luego también, los gastos de dicha celebración corrían por cuenta de la familia de la novia. El resto de los gastos los hacía el novio y su familia.
1. Trámite del casamiento en la alcaldía
2. Compra del ajuar de boda
3. La comida del casamiento religioso
4. La música

Cuando el casamiento era de una pareja que vivía en cantón, los novios bajaban como a eso de las 9 de la mañana, para que la ceremonia se realizara entre las 10:00 y 11:00 horas, calculando el tiempo suficiente, de manera que la hora del regreso coincidiera con el medio día, para llegar justo a tiempo para el almuerzo. Todos los participantes en el acompañamiento estaban invitados al almuerzo.

Esta era una gran celebración pues en un cantón todos o son familiares o son conocidos, así que en una boda todos participan. Una mayoría, o los más jóvenes se iban al pueblo con el acompañamiento a los novios. Este se hacía acaballo. Cada quien se preocupaba de tener un caballo para acompañar el cortejo de los novios. En el caso que no lo tuviera, lo conseguía prestado, o sencillamente no podía participar. Eran grandes galopes de bestias. Siempre los novios eran los que encabezaban el acompañamiento.

La vestimenta
La novia: casi siempre lucía un vestido de color rosado suave, esto con la finalidad que se distinguiera y la gente pudiera reconocerla entre el grupo. En otros casos usaba otro color pero siempre en tonalidades suaves. Además llevaba una sombrilla para protegerse del sol, una pañoleta para proteger su cabello y un suéter delgado.

El novio: por lo general, lucía pantalón negro (en todo caso oscuro) y camisa blanca manga larga de puño. También llevaba un pañuelo al cuello para distinguirse entre los acompañantes y su sombrero. También se buscaba que fueran los novios quienes montaran las mejores bestias del lugar.

Al finalizar la ceremonia los novios se quitaban la vestimenta y la guardaban con sumo cuidado en la maleta preparada especial para ese fin y evitar que ésta se arrugara, se ponían la ropa de viaje y regresaban a casa. Luego, al llegar donde sería la fiesta, nuevamente se ponían la ropa usada en la ceremonia para celebrar con sus invitados.

La ceremonia religiosa
Cuando se hacía la ceremonia religiosa, la pareja llegaba al pueblo desde la tarde anterior. Por la noche iban a hablar con el cura para hacer lo que en ese tiempo se denominaban “las informaciones” y por la mañana, muy temprano, era la misa donde la feliz pareja contraía matrimonio.

Antes, en el lugar: había un caballo, una sombrilla y un suéter de la niña Ceci, por alguna razón que no recuerdo, todas las novias querían llevar esos atuendos para su casamiento. La niña Ceci les decía: “pero el suéter ya no sirve, ya está corto de tanto usarlo y lavarlo”, ellas respondían diciendo: “no importa lo llevo” y bueno… así lo usaban para su casamiento.

Recuerdo que una vez, se casó un señor que se llamaba Félix Flores, (por cierto después fue mi compadre), él vivía en el valle de Los Tablones, y nosotros estábamos repartiendo Cáritas en la casa, eran casi las 11:30, y le digo a mi señora, vamos a ir al casamiento, ella me respondió -si ni nos han invitado--, eso no importa, le dije; nosotros nos vamos. Luego de comernos unas tortillas con un pedazo de queso nos fuimos, al momentito de haber llegado nosotros, llegaron también los novios. A los novios nosotros (él y su esposa) le habíamos prestado el caballo, el sombrero y el sweter, porque se decía que al llevarlos prestados daba buena suerte.

De pronto salió de un cuarto un hombre con el cohete en la mano listo para darle fuego, al verlo le dije, espera no le des fuego todavía, ¿por qué? me dijo, porque los caballos se pueden asustar y botar a las señoras. _No jodas hombre_ en eso no había pensado, luego fui a recibir a la novia, la ayudé a bajar del caballo y le tome las cosas que traía en la mano. Después también ayudé a otra señora, amarre las bestias y le dije al hombre, vaya ahora dale fuego a los cohetes. Así empezó la fiesta y empezaron a repartir la comida. Recuerdo que la señora que estaba haciendo la comida era una mujer que vivía en Las Almohadas y decía: ay no, ay está el hijo de Don Quilo. Ella estaba avergonzada a causa del olvido de la invitación.

La Fiesta
Sirvieron la mesa, en la primera mesada se sientan a comer con los novios, los padres de los novios, los padrinos del casamiento y los familiares y amigos más allegados. En esa ocasión a causa del olvido y no habernos invitado, me llamaron para que fuera a comer con ellos. _ mi señora ni comió_, pero lo que ahora me sorprende cuando recuerdo estas anécdotas, es la humildad de la gente y todo era bien lindo. Esa vez, habían matado unas gallinas y le habían echado bastante agua y un puño de arroz para que alcanzara para toda la gente, por cierto era bastante.

Música
Era de cuerda. Se buscaba a los músicos del cantón o en algunos casos se llevaba algún conjunto musical de otro lugar vecino. Todo mundo participaba de eso, era muy bonito escuchar las canciones. A la gente le gustaba sentirse partícipe aunque al final no le dieran ni comida. Eso era lo bonito de la tradición de los casamientos, especialmente en los caseríos. Todos participaban, a veces llegando solo para escuchar la música.

La comida
Para la comida se acostumbraba hacer un plato tradicional llamado “honeado o lechona” consistía en preparar una buena cantidad de gallinas y/o chumpipes de acuerdo al número de invitados. Si los novios tenía buenas condiciones económicas, mataban un cerdo y con la carne se preparaban las ollas “lechoneras” y las metían al horno a cocinar, el horneado se hacían el día anterior para que estuviera conservado y de mejor sabor, y lo acompañaban con arroz y tortilla, en algunos casos también era acompañado de ensalada consistente en repollo picado, rodajas de tomate y pepino. De postre, no podía faltar el refresco con pan (horchata de morro y marquezote o pan de levadura).


La luna de miel
Para la luna de miel, los novios salían de la casa, o se buscaba un lugar donde la pareja estuviera las primeras horas o días de casados. El lugar era mantenido en secreto, nadie a excepción de los novios y los padres sabían del lugar. Esto se debía en parte al celo machista por la virginidad de la mujer.


Los primeros días de matrimonio
Se acostumbraba que la novia después del matrimonio civil, se quedaba en la casa paterna hasta el casamiento religioso. Al realizar el casamiento religioso, todavía se quedaba ocho días más y hasta después de ese tiempo se iba con el esposo a su propia casa o para la casa de los suegros.

El uso de los cohetes (un caso concreto)
A la salida de los novios de su casa se reventaba un cohete, era el aviso para los que deseaban acompañar, pero que todavía no estaban presentes. También era señal de que el casamiento había dado inicio. El otro cohete se reventaba al llegar a uno de los lugares altos, podía ser la punta de un cerro, y el otro lo reventaban en el patio de la alcaldía después de la ceremonia realizada por el Alcalde Municipal. Lo mismo se hacía en el regreso, para avisar a los que estaba preparando la comida, de manera que todo estuviera listo a la llegada.

Una vez, había un casamiento “sonado” en el caserío, estaban dos caseríos cercanos, uno frente a otro. Los Horcones a un lado y de frente tenía el caserío de Las Lagunetas. Para llegar a las lagunetas, primero había que bajar de Los Horcones y luego subir a Las Lagunetas. Lo mismo era al salir de Las Lagunetas para llegar a los Horcones. En esa ocasión se realizó el casamiento, llegó la hora de la salida de los novios. Inmediatamente el encargado de reventar los cohetes le dio fuego al primero y lo reventó; igual hizo con el segundo. Luego al bajar a medio cerro reventaron otros dos. Mientras tanto, en Los Horcones al escuchar la señal, dijeron – Oigan ay viene la novia- hay que contestarle, entonces ellos también reventaron otros dos cohetes. Esta era la señal y la forma de decirles que estaban contentos y alegres a la espera de su llegada.

A falta de teléfono y otros medios de comunicación, los cohetes desempeñaron la función de comunicación.



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